lunes, septiembre 9

Saltamontes


Al paso, una legión de saltamontes brincan entre la paja seca y torrada, uno que otro se despista y su vigoroso salto remata en el río. Sin rumbo ni orientación, su vida se agita entre temblorosos movimientos. Con sus grandes patas intentan ganar la orilla. Una silueta observa desde las quietas aguas, en la sombra y sin prisas, en lo más oscuro, aguarda a que el desdichado se acerque: un estrepitoso ruido, el agua rompe en mil gotas y concéntricas hondas barren la tranquila poza para sumirse en una inmensa quietud. Estridentes, monótonos, siguen frotando sus alas mientras el sol en el cenit implacable abrasa mi espalda, es el momento de pescar con saltón.